Cuando hablamos de lesiones en el trabajo, lo primero que nos viene a la cabeza es el típico accidente por descuido y caída, un accidente en uso de la maquinaria, o una lesión por postura forzada o por movimientos repetitivos. Sin embargo, por extraño que parezca, la lesión más común en el lugar de trabajo es otra bien diferente: la pérdida de audición.

La razón de este sorprendente dato es que las regulaciones en materia de protección auditiva en el trabajo están pensadas para niveles de ruido ambiental altos. Quiere esto decir que los casos de pérdida de audición en el lugar de trabajo no ocurren realmente en situaciones de alto ruido, sino en situaciones de ruido medio, donde los trabajadores (y sus gerentes) no se están dando cuenta de que el ruido está perjudicando su audición.

Fácil solución

Un estudio realizado en la Universidad de Stanford encontró que los empleados que más a menudo experimentan la pérdida de la audición (ya sea leve, moderada o severa) son aquellos que en el trabajo están expuestos a niveles generales de ruido ambiental moderado pero constante. Según el científico Mark Cullen, «a muy altas exposiciones de ruido, la gente siempre usa protección auditiva, pero en situaciones de bajo ruido, la gente no lo hace».

En este caso, la solución parece bastante simple: aumentar la concienciación sobre el riesgo de niveles de ruido moderados, asegurar el cumplimiento (usar protectores auditivos) y/o encontrar formas de minimizar el ruido en el lugar de trabajo. Muchas veces los empleados que trabajan en ambientes ruidosos optan por no usar protección auditiva porque no se dan cuenta (o no son del todo conscientes) de que hay un riesgo. Y educar a los propios trabajadores sobre este riesgo no es suficiente. Los altos mandos de las empresas deben ser plenamente conscientes del riesgo con el fin de adaptar sus políticas de seguridad y garantizar el cumplimiento.

Los empleadores están obligados a proporcionar a sus empleados con formación, pruebas de audición y protectores auditivos, siempre y cuando los trabajadores estén expuestos a un ruido promedio de más de 80 decibelios a lo largo de toda su jornada laboral. La recomendación es que todas las exposiciones al ruido de los trabajadores han de estar por debajo de un nivel equivalente a 85 dBA durante ocho horas para minimizar la pérdida auditiva inducida por el ruido ocupacional.

Hoy en día disponemos de alta tecnología para enfrentarnos a la exposición al ruido. Así, hay equipos de protección que miden y rastrean la exposición al ruido. Permiten alertar al usuario cuando la exposición al ruido es demasiado alta y proporcionar estadísticas diarias para rastrear la exposición general al ruido.

Otra alternativa posible para disminuir la incidencia de la pérdida auditiva ocupacional es que las empresas se deshagan de equipos ruidosos, compren herramientas y maquinaria más silenciosas o construyan barreras contra el ruido. Esto solventaría el problema del cumplimiento. Y es que cuando las empresas dependen únicamente de que los empleados utilicen el equipo de protección auditiva, es demasiado fácil para ellos simplemente quitárselos o no utilizarlos. Sea como fuere, lo que está claro es que es conveniente presionar por conseguir niveles más bajos de exposición al ruido en el trabajo.

Protectores auditivos

Como acabamos de decir, hay muchas medidas que se pueden llevar a cabo en el entorno laboral para conseguir reducir o eliminar el ruido y minimizar la exposición del trabajador a este riesgo, pero la más extendida, aunque debería ser la última opción, es la entrega de equipos de protección individual (EPIs) como son los Protectores Auditivos. En el mercado hay una gran variedad de protectores antiruido con propiedades y formas variadas, si bien los podemos reducir a básicamente 2 tipos, a saber:

orejeras acústicasOrejeras acústicas. También conocidas como cascos protectores contra el ruido, consiste en un dispositivo de dos casquetes unidos entre sí por una especie de diadema de plástico. Ocupan por completo el pabellón auditivo mediante sus almohadillas de espuma. Suelen tener un revestimiento interior que absorbe el sonido transmitido y atenúa el ruido ambiental. Casi todas las orejeras proporcionan una atenuación de unos 40 dB, para frecuencias de 2000 Hz o superiores. En ocasiones las orejeras pueden ir acopladas a un casco de seguridad industrial. El uso de las orejeras como equipo protector suele ser útil en entornos con ruidos intermitentes.

tapones contra el ruidoTapones auditivos. Los tapones para los oídos son una prenda de protección que se inserta en el canal auditivo externo para evitar dañar la capacidad de audición de quien los lleva. Se usan en ambientes con ruidos muy fuertes, o para evitar que entre el agua, arena o viento. Se fabrican moldeables en material blando y flexible (pueden ser de vinilo, silicona, algodón o cera), y se comercializan en tamaño normalizado de forma que se pueden ajustar al canal auditivo de cualquier persona. Pueden ser desechables o reutilizables. Y suele ser útil su uso cuando hace mucho calor y/o humedad, o cuando el trabajador debe protegerse simultáneamente de varios riesgos y necesita utilizar otros protectores como mascarillas, gafas o pantallas faciales.

Ni que decir tiene que para la selección del protector auditivo más adecuado habrá que tener en cuenta las condiciones de trabajo, la evaluación de riesgos y el nivel de atenuación que se persigue.

En nuestras tiendas de COSTA OESTE ofrecemos un amplio surtido de protectores auditivos de las mejores marcas del sector, como por ejemplo las orejeras Peltor Optime de 3M (en múltiples versiones, incluso un modelo Kids para niños o con sistemas de comunicación por Bluetooth o radio). Si estás interesado en adquirir un protector antiruido, no dudes en pasarte por nuestras tiendas o directamente solicitárnoslo por email (info@costaoesteindustrial.com). Estaremos encantados en asesorarte para que puedas elegir la solución de protección auditiva más adecuada a tus necesidades.