En ciertos trabajos, el calor excesivo que los trabajadores reciben y acumulan en sus cuerpos, no sólo puede afectar negativamente en su rendimiento, también puede suponer un riesgo para su salud y seguridad. Ante este riesgo de estrés térmico por calor, es necesario determinar la ropa de trabajo y EPIs apropiados para combatirlo.
Mantener la productividad de tus empleados es todo un desafío cuando las temperaturas suben más de la cuenta. En efecto, cuando el calor aprieta de lo lindo, trabajar puede resultar incómodo o incluso agobiante, especialmente en los trabajos al sol de verano (como en la construcción o agricultura), en la lucha contra el fuego (incendios), o en sitios cerrados o semicerrados donde el aire no corre y el calor y la humedad del ambiente es alta (hornos, fundiciones, invernaderos…). En otros trabajos, sin ser el calor y la humedad ambiental elevados, igualmente se puede producir mucho calor por el esfuerzo físico que la actividad implica.
En todos estos casos, el calor excesivo que se recibe y acumula en el cuerpo del trabajador —conocido como estrés térmico por calor—, no sólo puede afectar negativamente en su rendimiento, también puede suponer un riesgo para su salud y seguridad.
Ante el riesgo de estrés térmico por calor, es necesario determinar la ropa de trabajo y EPIs apropiados para poder combatirlo. Y en este sentido, la prenda laboral debe prestar especial atención a las siguientes 3 cuestiones:
- su aislamiento térmico,
- la refrigeración por evaporación del sudor,
- la protección ante quemaduras.
Entrando en detalle, en el caso de las prendas para bomberos, según EN 469:2005 se definen dos niveles de protección en cuanto a transferencia de calor por la llama, siendo el nivel 2 más exigente que el nivel 1.
Y en el caso de la ropa de protección para soldadores, la norma EN ISO 11611 establece dos clases de protección: la clase 1 para protección destinada a técnicas de soldeo menos peligrosas, asociadas a niveles de salpicaduras y niveles de calor radiante bajos, y la clase 2 para protección destinada a técnicas de soldadura más peligrosas, con niveles de calor radiante y salpicaduras alto.
La ropa de protección certificada de conformidad con EN ISO 11612 ofrece al usuario protección contra un contacto de corta duración con el calor y la llama. El calor puede ser convectivo, radiante, material fundido o una combinación de los mismos
Con todo, al hablar de ropa de protección contra calor y llama, conviene tener en cuenta la categoría que se asocia a este tipo de prendas. Así, sobre este particular, las prendas de categoría III son aquellas diseñadas y fabricadas para uso en ambientes de alta temperatura cuyos efectos sean comparables a una temperatura mayor o igual a 100 °C, con o sin radiación infrarroja, llamas o grandes proyecciones de metal fundido. Mientras que las prendas de categoría II son las diseñadas y fabricadas en ambientes calurosos de efectos comparables a la de una temperatura inferior a los 100 °C, con o sin radiación infrarroja, llamas o proyecciones de metal fundido.
Ni que decir tiene que se debe usar únicamente ropa de trabajo certificada. Y es que sólo los EPIs certificados ofrecen garantías de cumplimiento con los requisitos esenciales de salud y seguridad que define el RD 1407/1992 sobre EPI, y por lo tanto sólo los EPI certificados ofrecerán garantías de protección frente al tipo y nivel de riesgos previstos por el fabricante.